Sobre el origen de los Guanches

Guanche

A pesar de que las Islas Canarias son conocidas al menos desde el siglo I por navegantes Mauritanos (según el cronista Plinio), sus pobladores no son mencionados hasta la llegada de fenicios y cartagineses, que venían al archipiélago en busca de «mano de obra» (esclavos). Esta práctica continuó (por parte de otras culturas) hasta el año 1402, año en el que el normando Bethencourt toma la «humanitaria» decisión de colonizar las islas y cristianizar a sus habitantes. Misión que terminaría por convertirse en un genocidio en el que la cultura de éstos aborígenes (así como cualquier rastro acerca de su procedencia), quedaría erradicada para siempre.

La teoría mas aceptada actualmente, la de las Razas Atlánticas, está basada en el estudio y comparación de las características físicas y culturales de los aborígenes canarios con las de otros pueblos y han llevado a concluir que descendían de antiguos bereberes, obligados a emigrar debido al proceso de desertización del Sahara. Según la datación de los restos mas antiguos encontrados en las Islas Canarias, esta migración debió de ocurrir entre los siglos I antes de Cristo y I después de Cristo y lo mas probable es que fuese progresiva.

El antropólogo americano Ernest A. Hooton, publica en 1925 el «Los antiguos pobladores de Canarias» y poco después, se unen al estudio otros expertos, entre los que se contaba el antropólogo alemán Eugen Fisher. Examinando las momias (xaxos) canarias, catalogaron entre los rasgos predominantes de los aborígenes: de rostro ancho, de pómulos prominentes, nariz hundida, huesos anchos y gran estatura.

Los guanches serían (en último término) descendientes de los Crô-Magnon del último periodo glacial (entre 15.000 y 10.000 a. C.), que emigraron hasta el norte de Europa, Asia y luego hasta América (dando lugar a la mayoría de razas blancas actuales) y también al Norte de África. Éstos últimos son los padres de la Cultura Capsiense (aproximádamente 7.000 o 6.000 a. C.), una sociedad matriarcal, adoradores de divinidades femeninas y en los albores de la ganadería y la agricultura primitivas y que después daría paso a los antiguos pueblos bereberes, saharianos y libios, conservando los mismos rasgos físicos (ojos azules, pelo rubio, rostros anchos).

La mezcla con las razas del sur de África terminó por diluir estos atributos físicos, pero el largo aislamiento de los canarios tuvo un doble efecto. Por una parte conservó su fisionomía intacta de la mezcla, pero por otra contribuyó al declive de su cultura (que conservaron en parte), manteniendoles en un estado primitivo, muy inferior  al de sus contemporáneos que aprovecharían esta circunstancia como fuente de esclavos hasta su posterior e injusta conquista.

Foto vía: Santi UL

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