El Icod guanche de los Vinos castellanos

Icod de los Vinos

Situada en una comarca rica en aguas y de tierras fértiles, cuyas vegas fueron cubiertas de cañaverales de azúcar y de cepas y parrales de viñedos, Icod de los Vinos es la sede del Drago Milenario, uno de los emblemas tinerfeños, y de la Cueva del Viento, la mayor galería lávica que hasta ahora se ha descubierto en todo el mundo.

Asimismo, la localidad destaca por su buen vino blanco y su intensa vida comercial, a la que acuden buena parte de los agricultores de la comarca a vender o cambiar los productos del campo o de sus cabañas.

La historia de la localidad nos lleva a la época anterior a la conquista de Canarias, a la comarca de Daute, como así se denominaba. Contaba con zonas pobladas por aborígenes guanches, de la tribu de los Ycodes. En este sentido, el barranco de Ycodes marca algunos emplazamientos, donde la abundancia de agua y la riqueza forestal constituían el entorno de sus habitantes primitivos.

Los primeros colonos se asentaron en la zona a finales del siglo XV, imponiendo el cultivo de la uva, origen del añadido al nombre que hace referencia a su dependencia del vino. Así consta en el papiro del escribano público, fechado en 1521, por el que se conceden espacios a lo largo del patrimonio para construir vías de comunicación y viviendas para aparceros que trabajaran en los cultivos.

A finales de esa centuria fue instalada por monjes mallorquines una ermita en honor de San Marcos. Así, cuando llegan los primeros colonos, la instalan en una campa, junto a un alambique artesano, y poco después en una ermita de mejor factura.

La estructura urbana de Icod queda definitivamente configurada a lo largo del siglo XVII, siguiendo el dictado de los rectores monasteriales religiosos que van fundando sus conventos en Icod, fundamentalmente los agustinos y los franciscanos.

Foto Vía: Flickr.com

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