El Paisaje Protegido de la Rambla de Castro
En la zona costera del municipio de Los Realejos nos encontramos con un reducto natural, declarado Paisaje Protegido, y entre cuya vegetación y escarpadas laderas se pueden ver algunas construcciones que datan del siglo XVI. Nos referimos a la Rambla de Castro, uno de los más hermosos rincones de Tenerife.
El lugar destaca principalmente por la abundancia de flora y fauna que posee, aquí podemos ver ejemplares de Dragos y agrupaciones de palmeras canarias que nos dan una idea del aspecto de la isla en tiempos previos a la conquista, así como numerosas especies protegidas y endémicas de canarias, como el Tabaibal-Cardonal, los tajinastes y los tarajales. Entre la fauna, encontramos algunas especies protegidas como es el caso de las pardelas cenicientas, que anidan en las escarpadas paredes de los acantilados, así como los lagartos tizones y las lisas.
Algunos lugares de la Rambla de Castro que, bien por su historia o por su belleza, no podemos perdernos en nuestra visita. En primer lugar, la hacienda que da nombre a la rambla, la Hacienda de los Castro, que fue cedida a esta familia en el siglo XVI, tras la conquista de Tenerife. La magnífica mansión señorial, que se encuentra en la desembocadura del barranco de Godínez, está en proceso de restauración para su futuro uso como centro para visitantes. Además de las tierras para su explotación, la rambla cuenta con varios manantiales, siendo el más importante el conocido como en Naciente de Madre del Agua.
También podemos visitar el Fortín de San Fernando, que fue construido como medida defensiva ante los ataques de piratas durante el siglo XVIII, y en su tronera se disponían cinco cañones, aunque sólo tres han llegado hasta nuestros días.
Una visita tan impresionante como peligrosa, si no se tiene cuidad con el terreno, es el Elevador de Aguas de la Gordejuela, una estación de bombeo construida a principios del siglo XX en un terreno de lo más difícil. Esta obra de ingeniería fue en su tiempo algo que sentó precedentes, ya que fue la primera máquina de vapor construida en la isla. Tristemente hoy está en ruinas y su acceso no es complicado, pero es recomendable tener mucho cuidado ya que las alturas a los lados del camino son considerables.
Por otra parte, la Rambla de Castro también abarca tres de las más hermosas y salvajes playas que quedan en Tenerife: La Fajana, la playa del Castro y los Roques.
Foto vía: cruzsantaenclave

He estado cinco veces en la Rambla de castro Aller fue la última vez por ahora pienso ir siempre que pueda, es un lugar encantador
Siempre se ven cosas nuevas